Los intercambios Estudiantiles Interculturales: UNA INVITACIÓN A CRECER CON OTROS

“Reconciliar al mundo es demasiado ambicioso, pero al menos se puede formar a los niños para ser respetuosos hacia las diferencias, que son lo único que nos permite aprender. Si todos fuéramos iguales, no podríamos ofrecernos nada unos a otros”.

Yehudi Menuhin: Nueva York, 1916 - Berlín, 1999. Violinista y director de orquesta norteamericano, hijo de judíos emigrados de Rusia.

Vivimos en un mundo donde la diversidad cultural es la regla. La diversidad es la norma. La diversidad es un hecho de la vida en distintos países, sin ser el nuestro una excepción. A pesar de ello, es fácil encontrarse con una práctica dicotómica que en ocasiones se traduce en una resistencia al cambio. Hay quienes se aíslan o se defienden de esta diversidad y la viven como contaminación y/o conflicto, otros en cambio, la respetan, aceptan  y conviven en armonía con ella. Polémica que abre un debate permanente que nos debe interpelar como sociedad.

Vivimos en un mundo globalizado, en donde el fenómeno migratorio está destinado a adquirir una progresiva normalidad, es decir, va a dejar de ser un acontecimiento excepcional. Las migraciones en la sociedad globalizada en que vivimos son un desafío que afecta a toda la realidad social y nos invita a pensar en la humanidad de hombres y mujeres en comunión. Una comunidad que se expone a los avances de la globalización -los indicios económicos, políticos y sociales apuntan a que el fenómeno es imparable– que nos desafía a enfrentar el tema de las migraciones con una mentalidad nueva.

La construcción de sociedades interculturales, sustentadas en la riqueza de la diversidad, el respeto mutuo y la igualdad, es un requerimiento para la supervivencia pacífica y el desarrollo futuro de la humanidad. Pero ¿Cómo construir o aportar a la interculturalidad? Es claro que ella no va a venir hacia nosotros; nosotros, todos, tenemos la necesidad y la responsabilidad de buscarla, de construirla.

Estamos conscientes de esta obligación, con nosotros y con los otros. En esta perspectiva, los intercambios estudiantiles interculturales han sido pilar fundamental de nuestro proyecto educativo. No solo está plasmado en un papel, sino que es testimonio de nuestros (as) estudiantes, quienes han participado de estas experiencias, considerándolas una oportunidad para conocer y crecer junto a otras personas de distintas culturas.

El aprendizaje a través de un intercambio es un mar de experiencias en donde el alumno comparte y crea vivencias en la cultura que está conociendo. El vivir en otra zona, compartiendo las mismas prácticas, enriquece e involucra a la persona en otra cultura totalmente nueva para él. Un aprendizaje que se va obteniendo gracias a lo el alumno (a)  va experimentando, más allá de lo que conoce como teórico o académico, adquirido en la familia y el colegio.

La relación del alumno con la nueva cultura lo lleva a relacionarse con la vida y las costumbres que eran desconocidos para él, ampliando su horizonte e invitándole a crecer con otros. Por ello, la importancia del intercambio estudiantil radica en las experiencias que enriquecerán la vida del estudiante, no solamente en su ambiente escolar, sino también en su ambiente familiar.

La adquisición y desarrollo de estos conocimientos y habilidades se traducen como el origen de una mentalidad nueva en cuanto a pensamientos e ideas con que construirá su futuro, “respetuoso de las diferencias, que son lo único que nos permite aprender”.

Orlando Córdova Muñoz