CIEN AÑOS DE SOLEDAD
Esta gran obra de García Márquez, el Gabo, es una aventura desde sus primeras líneas. La historia nos envuelve con nombres que se repiten, porque tal como lo decía Úrsula, la matriarca, la vida es circular, el tiempo va dando vueltas y las experiencias se repiten.
Esta travesía sitúa al lector en Macondo, un pueblo “mágico” fundado por el primer Aureliano, el patriarca, quien huyendo de su enemigo, decide junto a un grupo de familias atravesar la sierra para comenzar de nuevo; pero con sus propias reglas, sin la corrupción de la política y sin las injusticias. Macondo alcanzará a gozar de un pequeño paraíso antes de que la ambición toque sus fronteras.
Los iniciadores de la generación de los Buendía, la familia principal, está conformada por Aureliano y Úrsula. Uno es la enajenación y la otra, la prudencia. El lector se dará cuenta de cuán necesario es equilibrar estos conceptos para entender no solo a los personajes, sino a sí mismo. Y es que “Cien años de soledad” va mostrando las diversas facetas que tenemos los seres humanos, nuestros miedos, nuestros deseos, nuestras frustraciones. Nos identificamos con ellos, sufrimos con ellos y llegamos, incluso, a vivir en ellos lo que no nos atreveríamos en nuestra propia realidad.
Esta obra está marcada por una serie de elementos que adentran al lector en el mundo del Realismo mágico, elementos que pudieran ser increíbles, pero que forman parte de la realidad de los personajes; e incluso de nuestra propia idiosincracia latinoamericana tan llena de creencias “mágicas” respecto de la vida, la muerte, la naturaleza, y que nos resultan tan comunes y certeros como a los personajes de esta obra. Así, encontramos a Melquíades, el mítico gitano que regresa de la muerte por la soledad que lo invadía, a Remedios la bella, cuya hermosura no era para este mundo y fue arrebatada hacia los cielos, Amaranta, quien se encarga de llevarle cartas a los muertos, el hilo de sangre que recorre todo Macondo hata llegar a los pies de Úrsula; y así encontramos un sinfín de personajes y situaciones que muestran de manera tan natural elementos que pudieran en otros contextos resultar muy sorprendentes. A través de todos ellos va conformándose esta historia llena de otras historias que absorben al lector en estos cien años de lucha de toda una familia por encontrar la plenitud en el amor.
Priscila Rojas
Jorge Torres
Bibliotecólogo